La iatrogenia se refiere a los efectos negativos o perjudiciales que pueden surgir como resultado de las intervenciones médicas o de salud. Estos efectos pueden ser causados por errores médicos, diagnósticos o tratamientos inapropiados, falta de comunicación entre el paciente y el profesional de la salud, negligencia, reacciones adversas a medicamentos, infecciones adquiridas en el entorno hospitalario, entre otros factores.
La iatrogenia puede ocurrir en diversos entornos médicos, como hospitales, clínicas, consultorios privados y en cualquier etapa del proceso de atención médica, desde la evaluación inicial hasta el seguimiento de un tratamiento. Puede afectar a pacientes de todas las edades y condiciones médicas, aunque los grupos más vulnerables son los ancianos y los pacientes con enfermedades crónicas o graves.
Algunos ejemplos de iatrogenia incluyen errores de diagnóstico, administración incorrecta de medicamentos, cirugías innecesarias, infecciones nosocomiales, reacciones adversas a medicamentos y daños emocionales o psicológicos causados por la falta de comunicación o relación deficiente entre el médico y el paciente.
La iatrogenia es un problema de salud pública importante, ya que puede provocar un aumento en la morbilidad y mortalidad de los pacientes, aumentar los costos de atención médica y erosionar la confianza en el sistema de salud. Por lo tanto, es crucial que los profesionales de la salud implementen estrategias y medidas para prevenir la iatrogenia, como mejorar la comunicación con los pacientes, adoptar protocolos de seguridad, enfocarse en la medicina basada en la evidencia y fomentar una cultura de seguridad y responsabilidad profesional.
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